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Lorena S. Gimeno

Cómo funciona la terapia sexual

Lo primero que debes saber sobre la terapia sexual es que no hay trucos milagrosos ni listas de cuatro pasos a seguir para que se haga la magia y todos los problemas desaparezcan. La terapia sexual funciona cuando es personalizada y se centra en el problema real de la persona a tratar.

Así, cuando hago terapia:

  • Partiendo de mis conocimientos de la ciencia sexológica, ofrezco información, consejo y terapia individual o de pareja, adaptada a cada caso.
  • Hago un estudio detallado del problema o la dificultad de mi cliente mediante una sesión previa y hago una propuesta de intervención para solucionar su angustia. Por supuesto, las sesiones (individuales o en grupo) son confidenciales.
  • El proceso es completamente personalizado y adapto las herramientas y pautas a casa caso concreto. Sigo siempre un enfoque humano, orgánico y basado en soluciones mediante la reeducación. Es un proceso de aprendizaje, meditación y de cambio conductual.
  • Suelo necesitar una primera sesión para hacer un estudio previo y una serie de ejercicios que se valoran en una segunda sesión tras una semana.
  • Si se considera necesario, se solicitarán pruebas médicas para descartar causas fisiológicas (por ejemplo, dolor en la penetración que puede ser causado por un problema físico).
  • Después, propondré un procedimiento que consistirá en ejercicios o actividades para hacer a solas o en pareja, en casa. Y haremos un seguimiento semanal para valorar progresos y reajustar el procedimiento.
  • Las actividades o ejercicios se pueden complementar con otros recursos (lecturas, educación sexual, trabajar en la autoestima, asesorías…).
  • Las sesiones tienen una duración de una hora aproximadamente. La terapia sexual y de pareja suele centrarse en las soluciones y no suele alargarse mucho en el tiempo. No obstante, la duración de la terapia varía en función de cada caso y de la complejidad del problema que se presente.
  • Aunque cada caso es diferente, los problemas sexológicos suelen tener un buen pronóstico terapéutico. La clave del éxito en la terapia sexual suele estar en la implicación de la persona y su motivación a la hora de hacer los ejercicios. Una persona que no quiere cambiar su conducta lo tendrá más difícil para mejorar.