En los últimos tiempos, el feminismo está teniendo más visibilidad y la lucha se lleva a las cosas más cotidianas. Por ejemplo, parece de vital importancia que las personas aprendan a hablar de forma igualitaria y plural con un idioma que no lo es. Así pues, me gustaría dar mi opinión sobre lenguaje no sexista en el español.
Digo en el español pero puedo perfectamente hablar de todas las lenguas romances. Es decir, todas las que vienen del latín.
En los últimos tiempos, el feminismo está teniendo más visibilidad y la lucha se lleva a las cosas más cotidianas. Por ejemplo, parece de vital importancia que las personas aprendan a hablar de forma igualitaria y plural con un idioma que no lo es. Así pues, me gustaría dar mi opinión sobre lenguaje no sexista en el español.
Digo en el español pero puedo perfectamente hablar de todas las lenguas romances. Es decir, todas las que vienen del latín.
¿Por qué? Pues porque estas lenguas funcionan en base al género de las palabras. Originalmente eran tres: masculino, femenino y neutro. Pero al menos al español han llegado como palabras masculinas y palabras femeninas.
Formas habituales para crear un lenguaje no sexista
A la hora de incluir todos los géneros en una frase, desde siempre hemos recurrido al os/as. Es decir, que como por norma el género masculino va delante, el femenino se ha incluido como un añadido final. Sin embargo, a la hora de hacerlo al revés parece que a algunos hombres les molesta ser el añadido al final.
La otra forma es obviar el género y englobar en masculino. Sin embargo, la ofensa es la misma si se engloba en femenino.
En la política actual
La forma que tienen en la política actual de salvar estas ofensas y ser «feministas» es intercalar el os/as con el as/os. A veces incluso engloban en femenino.
Sin embargo, estos métodos se nos han quedado anticuados en una era en la que el binarismo (dividir entre hombre y mujer) ya no se sostiene. La idea es incluir a todo el mundo sin importar su identidad o expresión. Francamente difícil, pero no creo que la forma de la política sea la correcta.
En las redes sociales y de forma doméstica
Luego tenemos a la gente. A quienes se las buscan por incluir a todo el mundo. Y por eso han creado algunas formas creativas.
La @, que todo el mundo ve como una A dentro de una O, o una mezcla de ambas. Según la RAE no es correcta porque en sí la @ no es una letra al uso. Sin embargo, yo misma la estuve utilizando durante mucho tiempo.
La E, que se considera una vocal de género más neutro por la mayoría. Es decir, sustituir la A o la O por una E para incluir todos los géneros posibles. No obstante, no la considero una buena opción porque ya existen palabras terminadas en E, es complicado al uso habitual y de extrapolar a lenguas hermanas.
Por último, la X. Es decir, lo mismo que con la E pero con la X. Mi gran pero en este caso es la dificultad de pronunciación en el lenguaje oral.
Como lo suelo hacer yo
Me considero una persona feminista e igualitaria. Y al trabajar en mi canal de youtube me he visto en la tesitura de demostrar mis ganas de pluralizar en el lenguaje.
Así pues, mientras que el URL del canal y el logotipo se mantienen en masculino, las redes sociales tienen un os_as. Y en los propios videos se pueden ver las diferencias entre los primeros y los más nuevos. Antes me refería a hombres y mujeres, mientras que ahora me refiero a personas con vulva y vagina y personas con pene y testículos.
En sí, en mi libro 21 días de masturbación (Edición VULVA) he conseguido utilizar el os/as (la forma más aceptada) únicamente en un par de ocasiones mientras en el resto del libro he mantenido un lenguaje neutro. En sí, este mismo artículo es completamente neutro y lo mismo pasa con mi Antología Genderless.
A veces incluso me ejercito reformulando las frases de esas entidades políticas tan feministas a una versión mucho más neutra. Por ejemplo, el «ministras y ministros» podría convertirse en «personas al mando de los ministerios». En sí, utilizo mucho el término «persona» y en mi día a día ya no pido cita con «el pediatra» o «la ginecóloga», sino con «pediatría» y «ginecología».
El otro día, sin ir más lejos, vi un cartel «plural» del ayuntamiento de mi pueblo que anunciaba clases de hockey «para niños y niñas» y «para adolescentes». Con lo que pensé que, si utilizamos el término «adolescente» sin importar el género, ¿por qué emplear «niños y niñas»? La primera palabra que se me ocurrió fue «infante», pero poco se utiliza.
Y al seguir pensando me encontré con que las palabras para referirse a nuestra progenie y la población menor de doce años es o muy sexista o muy arcaica. Pero lo voy a seguir intentando.
¿Te unes al debate #MiLenguaPlural?
Con todo esto, te invito a que le des un par de vueltas y pienses si podrías cambiar tu forma de hablar o escribir para ser más plural. ¿Crees que se está politizando el lenguaje plural? ¿Crees que lo estamos desarrollando bien? ¡Únete al hashtag y difunde!
¡Ah! Y no olvides que, si quieres poner en práctica tu lengua plural, pásate por mi Antología Genderless y participa.