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Lorena S. Gimeno

Cómo convertir una idea en una historia

Existe una enorme cantidad de personas que tienen ideas más que buenas y suficientes como para escribir un libro o un relato. La cuestión es escribir sin importar la cantidad de páginas que te tome contar tu idea. De momento no eres un experto ni tampoco sabes calcular cuánto tiempo te llevará, si necesitas escribir en primera o tercera persona, presente o pasado, si quieres más o menos descripciones,…

Montar una historia de frase en frase

Tu primera tarea es plasmar tu idea completa en tres frases que coincidirán con el planteamiento, el nudo y el desenlace. Esto es el planteamiento básico de la historia, una especie de sinopsis privada.

Por ejemplo:

«Laura es una oficinista durante el día, pero por la noche es una diablesa que hace tratos con humanos para llevar sus almas al infierno. Una noche escucha el deseo de un hombre calvo que quiere tener pelo así que ella se presenta ante él. Finalmente, Laura concede al hombre su deseo pero le da más pelo en las piernas en vez de en la cabeza.»

Una vez hecho esto, tu segunda tarea es coger lápiz y papel (o un sustituto electrónico) para pasar a una llovizna de ideas donde vas a profundizar un poco en la historia. Sobre todo tienes que pensar en detalles que quieres recordar mientras escribes.

Por ejemplo:

  • Quiero que el lector no sepa que Laura es una diablesa.
  • Que el calvo sea gordo y, además, su jefe.
  • Que su jefe no la reconozca.
  • Laura chasquea los dedos para hacer magia.
  • Laura siempre tuerce los deseos.

Ahora, tu tercera tarea es preguntarte cómo quieres contar la historia. ¿Quieres que Laura diga lo que piensa o quieres hablar de ella? En este caso, si Laura habla de sí misma lo más normal es que, dentro de sus pensamientos, se le escape el tema de que es una diablesa, así que en el caso de que quieras mantener eso en secreto, te recomendamos optar por contar tú la historia de Laura. Por lo tanto, has deducido que narrarás en tercera persona; que en realidad es lo más similar a lo que nosotros hacemos a menudo cuando explicamos una película o lo que pasó “el otro día en tal serie”. Por ende, también narrarás en pasado como lo haríamos normalmente porque, de momento, no eres profesional.

Finalmente, con una idea clara, lo mejor es pasar a la cuarta y última tarea: escribir. Y no te asustes, no pienses que vas a hacerlo mal. El truco para comenzar a escribir es hacerlo como si hablaras con un amigo y este no te interrumpiera para nada.

De momento, como ya hemos dicho, no eres profesional y la historia, si no quieres lo contrario, la vas a leer únicamente tú. ¡Escribe, escribe, escribe,…! Recuerda las normas ortográficas o dales un repaso con el buscador de vez en cuando (aunque, para estas cosas básicas, el corrector del procesador de texto es suficiente). Entretente en describir el lugar de trabajo de Laura, si es seria o divertida y, sobre todo, la reacción de su jefe cuando ella le concede un montón de pelo en las piernas.

Cuando hayas explicado toda la historia, reléela y te darás cuenta de que, por lo menos, se entiende; o incluso de que no lo has hecho tan mal como pensabas. Puede que no sea un best-seller pero al menos has hecho algo con la idea que te rondaba la cabeza. Aun así, dejando de lado las faltas de ortografía y las palabras repetidas (que ya corregirás en su momento), si aún tienes ganas de contar algo más o crees que la historia no ha quedado lo suficientemente bien explicada,.. Aún te queda por aprender y a lo mejor podemos convertir la torpe historia de “Laura la diablesa” en algo más parecido a un best-seller.